Pompeya: un testamento a la tragedia, la resiliencia y el inquebrantable paso del tiempo

La mayoría de los registros escritos sobre la antigua Roma tienden a destacar la política, los asuntos militares y los estilos de vida de los ricos e influyentes. Sin embargo, en medio de esta narrativa, Pompeya se erige como un testamento único: una ciudad preservada en el tiempo, que ofrece un vistazo a la existencia diaria de las clases bajas y los individuos esclavizados de dos milenios pasados. ""

Los moldes de yeso de las víctimas de la erupción siguen siendo un espectáculo inquietante en Pompeya. Inicialmente se pensó que se había perdido para siempre en la cataclísmica erupción del Monte Vesubio en el año 79 d. C., pero la ciudad romana quedó sumergida bajo entre 13 y 20 pies de ceniza volcánica y piedra pómez. Sin embargo, su redescubrimiento accidental en el siglo XVIII asombró al mundo. Pompeya surgió perfectamente conservada, con sus viviendas, obras de arte y tiendas intactas, junto con espeluznantes restos fosilizados de sus habitantes. ""

Moldes de yeso de las víctimas en Pompeya, Italia. Foto de Tyler Bell CC BY2.0

La erupción del Monte Vesubio el 24 de agosto del 79 d.C. sigue siendo uno de los eventos volcánicos más devastadores de la historia. Después de permanecer inactivo durante siglos, el volcán desató su furia con una fuerza comparable a las bombas atómicas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki durante la Segunda Guerra Mundial, dejando tras de sí un rastro de destrucción y muerte que aún resuena hasta el día de hoy. ""

Modelo de yeso de un residente de Pompeya. Foto de klndonnelly CC BY2.0

La catastrófica erupción del Monte Vesubio en el año 79 d.C. destruyó no sólo la ciudad de Pompeya sino también sus ciudades vecinas de Estabia, Herculano y Oplonti. Miles de personas murieron en medio del calor abrasador, los gases tóxicos y la lluvia de cenizas y piedra pómez. Los registros contemporáneos describen un día normal interrumpido únicamente por un comportamiento animal peculiar. Sin embargo, cuando el volcán desató su furia, quienes se encontraban en su camino quedaron trágicamente atrapados, incapaces de huir del desastre inminente.

Gran parte de nuestra comprensión de este acontecimiento monumental proviene de los escritos de Plinio el Joven, quien presenció la calamidad desde el otro lado de la bahía de Nápoles en la base militar romana de Misenum.

Formas corporales de las víctimas tras la erupción del Monte Vesubio, Pompeya, Italia.

Las vívidas descripciones de Plinio el Joven sobre el desastre natural se conservan en sus cartas, que dirigió a su amigo, el político e historiador romano Cornelio Tácito. Estas cartas, que detallan los desgarradores acontecimientos que presenció durante la erupción al otro lado de la Bahía de Nápoles, fueron desenterradas en el siglo XVI y ofrecen información invaluable sobre uno de los eventos más catastróficos de la historia.

Se han excavado aproximadamente tres cuartas partes de los 165 acres de Pompeya.

En su minucioso relato, Plinio relata cómo la erupción tomó a todos con la guardia baja, siendo su madre la primera en observar “una nube de tamaño y apariencia inusuales”. Esta observación marcó el comienzo de un evento catastrófico que alteraría para siempre el paisaje. e historia de Pompeya. ""

Pompeyano excavó que fue enterrado en las cenizas de la erupción del volcán Vesubio en el 79 d.C.

Al describir la siniestra nube, Plinio añade: “La nube se elevaba desde una montaña a tal distancia que no sabíamos cuál, pero luego supimos que era el Vesubio. Puedo describir mejor su forma comparándolo con un pino. Se elevó hacia el cielo sobre un “tronco” muy largo del que se extendían algunas “ramas”. Me imagino que fue levantada por una ráfaga repentina, que luego se debilitó, dejando la nube sin soporte, de modo que su propio peso hizo que se extendiera hacia los lados. Parte de la nube era blanca, en otras partes había manchas oscuras de tierra y ceniza”.

Moldes de yeso de las víctimas cubiertas de ceniza en Pompeya, Italia.

En 1748, el redescubrimiento accidental de Pompeya se produjo durante la construcción de un palacio para Carlos de Borbón. Para asombro de todos, Pompeya fue encontrada intacta, con sus edificios, artefactos y los inquietantes restos de sus habitantes congelados en el tiempo. Este descubrimiento resultó ser de inmensa importancia y ofreció información invaluable sobre la vida cotidiana de la gente en el mundo antiguo. ""

La mañana siguiente a la erupción, el cono del volcán se desplomó con una avalancha de barro y ceniza. Pompeya y Herculano desaparecieron por completo y se cree que se perdieron para siempre.

Los cuerpos, las casas, las joyas, las obras de arte y los pergaminos permanecieron notablemente conservados durante siglos, gracias a las cenizas y los escombros fundidos producidos en grandes cantidades por la catastrófica erupción.

Hoy en día, Pompeya es un extenso sitio arqueológico protegido por la UNESCO. Durante las excavaciones, los investigadores hicieron un descubrimiento sorprendente: muchos de los esqueletos estaban rodeados de espacios vacíos. Para capturar estas inquietantes figuras congeladas en el tiempo, se vertió meticulosamente yeso de alta calidad en los vacíos, lo que dio como resultado moldes detallados que ofrecen una visión conmovedora de las vidas de quienes perecieron durante la erupción.

Un molde de yeso de un hombre en sus momentos finales. Pompeya, Italia.

A pesar de su cataclísmica erupción en el año 79 d.C., el Monte Vesubio ha permanecido activo, con 30 erupciones registradas desde ese fatídico evento. Los científicos advierten que la próxima erupción del volcán podría ser de inmensa magnitud. Es alarmante que aproximadamente 600.000 italianos residan dentro de la zona roja del volcán, poniendo en riesgo sus vidas en caso de otra erupción. ""

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