“Enormes libélulas carnívoras prehistóricas, con una envergadura de dos pies, una vez gobernaron la Tierra antes que los dinosaurios, revelan los científicos”

“Hace trescientos millones de años, en las densas selvas de helechos de la Tierra, merodeaba el insecto más grande conocido por la humanidad. Con una envergadura de más de dos pies, la Meganeura dominaba los cielos, utilizando su formidable tamaño y sus rasgos afilados para cazar y aterrorizar a sus presa.

Los científicos teorizan que estos antiguos gigantes cazaban usando sus enormes ojos, mandíbulas dentadas y poderosas piernas. Apodada la “mosca grifo prehistórica”, la Meganeura era solo una de las muchas criaturas colosales que vagaban por la Tierra durante esa época.

A diferencia de otras formidables bestias de la época, la Meganeura prosperó en los cielos durante millones de años, gracias a una afortunada combinación de condiciones atmosféricas y la falta de depredadores en el aire. Cazaba en una época anterior a la existencia de pájaros y murciélagos, utilizando sus fuertes mandíbulas para agarrar y transportar presas.

La evidencia fósil sugiere que estas libélulas gigantes cazaban de manera similar a sus contrapartes modernas, aunque en una escala mucho mayor, capaces de cazar criaturas mucho más grandes que ellas.

Descubierto en 1880, el primer fósil de Meganeura llevó a los investigadores a descubrir un grupo de megainsectos, incluido el Meganeuropsis permiana, que ostentaba el título de insecto más grande que jamás haya existido. Con una envergadura de cerca de 30 pulgadas y un peso comparable al de un cuervo, Meganeuropsis permiana era un depredador formidable, que se alimentaba de pequeños vertebrados como anfibios y pequeños mamíferos.

A pesar de su predominio, el destino de estos colosales insectos sigue siendo un tema de debate entre los científicos. Algunos atribuyen su extinción a una caída en los niveles de oxígeno durante el evento de extinción del Pérmico, mientras que otros sugieren que la competencia con los dinosaurios voladores condujo a su desaparición.

Independientemente de su destino final, el descubrimiento de estas enormes criaturas ofrece un vistazo al pasado antiguo de la Tierra, donde los gigantes alguna vez dominaron los cielos”.