El nuevo descubrimiento se encuentra en Gebel el-Silsila, también conocida como las “Cadenas de Montañas”, a unos 65 kilómetros de la ciudad de Asuán, en el Alto Egipto.
Durante la XVIII Dinastía, se sabía que la zona era una gran cantera a ambos lados del Nilo, y se decía que muchos trabajadores estaban enterrados allí.
El corresponsal Tony Robinson del programa “Grandes Tumbas Egipcias” del Canal 5 se reunió con Maria Nilsson y John Ward, dos arqueólogos egipcios que actualmente excavan en esta zona. Los dos dijeron que descubrieron un extraño agujero lleno de agua que creen que podría esconder algo especial.
“Un gran agujero vertical, lleno de agua incluso en medio del desierto. Absorber el agua puede abrir el camino a tumbas misteriosas que nunca se han conocido” – dijo John Ward.
El grupo usó una bomba para drenar toda el agua, luego Ward y Robinson bajaron.
“Cuando el agua se secó, nos encontramos ante un agujero muy profundo hecho por el hombre. Debajo había un camino que podía conducir a algo. Desde el suelo hasta el fondo del agujero había hasta 6 metros”, – dijo Robinson.
Finalmente, Ward y Robinson descubrieron una tumba perfecta detrás de la entrada.
“Lo que hicieron los antiguos egipcios para planificar y construir esta entrada es asombroso” – Ward se volvió emocionado hacia su colega y le dijo: “Ésta es una habitación gigante, mírala. En la parte de atrás también, ¿hay una puerta o ¿una alcoba?”.
Mientras la pareja se arrastraba por el espeso barro, encontraron cerámica rota, fragmentos de huesos y una segunda puerta que conducía a una tumba.
“Es completamente diferente a cualquier tumba que hayamos encontrado en Silsila” – dijo Ward. “El tamaño de la tumba sugiere que tal vez cientos de personas fueron enterradas allí, no entre 50 y 60”.
Entonces, justo cuando Ward y Robinson pensaban que habían encontrado lo que buscaban, se toparon con otra sorpresa.
No hay duda de que hay otra parte de la misteriosa tumba más allá de esta segunda puerta. Cuando el nivel del agua en el compartimento bajó, vieron en el rincón más alejado un objeto parecido a una tetera grande.
“Estaba seguro de que habíamos descubierto una vasija grande, incluso podía sentir su fondo redondo. En todos mis años de búsqueda de cerámica, nunca había encontrado algo así, es como una ballena gigante”, dijo Robinson.
